Cabeza de Domingo

Siempre que ocurre igual sucede lo mismo. Cuando creo que estoy busy thinking, me aturullo y cuando creo que pierdo el tiempo, resulta que estoy pensando.
Pero perder el tiempo requiere tiempo y no siempre se tiene. Contaba Vicente Aranda que en los años dorados de Hollywood , los estudios tenían salones confortable aunque neutros con un buen bar , cigarros, luz tenue y varias chaises longs , eran los despachos de los guionistas que pasaban allí tumbados horas que parecían muertas pero luego salían con “To be or not To be” o “Eva al Desnudo” .
Sin ánimo de comparar, Tat Tvam Asi, mi exposición del pasado verano en la Iglesia de Santo Domingo, la pergeñé un domingo de mercado en Pollensa a primeros de Enero mientras deambulaba en coche buscando aparcamiento de modo maquinal porque ya sé dónde encuentro siempre mis huecos. Hoy he vuelto al mercado y su ritual, visita al zapatero artesano de Campanet, zumo de naranja en Can Moixet, paseo por los puestos, regalitos a una niña por su cumpleaños y muestreo de mandarinas. Después hemos ido a comer al puerto y a sestear en la playa. Es el primer día de esta semana larga en Pollensa en el que me he sentido en calma, sin obligaciones pero libre de culpabilidad ante mi ocio, en el perfecto goce del dolce far niente rutinario , sin emociones ni excesos.
Y ahora lo veo, es aquí donde ocurren los acontecimientos, donde recupero mi mismidad y pienso de verdad, sin precipitación ni presión; para mí, sobre lo que soy, lo que quiero ser y lo que me conviene.
Marta Moriarty es una Art window, un busy thinking común y un montón de planes pero también soy yo, la niña que paseaba por un jardín abrasado por el sol en el que humeaba el agua que goteaba de la manguera olvidada en un arriate. Y da gusto pensar con , desde, en, para y por esa niña .
Marta Moriarty